El edificio tiene veinte departamentos. Cada mes, cada departamento debe pagar cincuenta pesos por concepto de recolección gratuita de basura. No hay de otra.
Los mil que se juntan pesos van a dar al presidente del condominio. El presidente del condominio dice gracias, señores condóminos, y se guarda trescientos pesos.
El presidente de los condóminos le entrega los setecientos pesos restantes al vigilante del edificio, que dice gracias, patrón. Este vigilante se queda con cien pesos, le da otros cien al vigilante del otro turno (que dice gracias, pareja), y le entrega los quinientos pesos restantes al operador de la Unidad Recolectora Gratuita de Basura, que dice gracias, carnalito.
El ciudadano operador de la Unidad Recolectora Gratuita de Basura guarda cuatrocientos en la bolsita de un cinturón que trae puesto alrededor de la frondosa barriga. Los cien restantes los reparte entre los cuatro ayudantes que suben la basura a la Unidad Recolectora, zarandean los tambos, hostigan a las sirvientas y se van cubriendo con costras de yeso y fideo, y dicen gracias, jefe.
Al final de esa jornada........