Tercer acto |
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TERTULIA
Guillermo Sheridan
TERCER ACTO
No hay cambio
No ha cambiado esa forma extravagante de saludar a la bandera que consiste en extender la mano derecha, como si los dedos fuesen un pequeño batallón de infantería dispuesto a morir por la patria, ponerla firmes ya y lanzar un marcial autokaratazo al corazón. El saludo militar, el mismo karatazo pero a la visera de gorra o sombrero, se entiende: es la versión minimalista de descubrirse la cabeza ante autoridad o símbolo justificado. Como no hay sombrero que quitarse, el saludo se traslada entonces al corazón, para significar lealtad, como si los corazones fueran leales y como si usaran sombrero.
No ha cambiado la suposición nacional de que cambiar un billete de cien pesos por cinco de veinte implica perder dinero.
No ha cambiado la forma de usar perfume de la mujer mexicana, ni su convicción arraigada de que es agradable agredir los olfatos de los vecinos, averiarles el sensorio y devastarles el gran simpático. La mexicana no usa perfume, lo ostenta; no insinúa, grita; no decora, pintarrajea. Aureolada con su nube de químicos canallas, violetas sicalípticas y feromonas de azúcar glass batidas con sudor de gitana, la mexicana arroja su hedentina punzocortante con violencia de género. (De los........