Jeanne-Claude y Christo |
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Análisis del terreno, estudios de impacto medioambiental elaborados por una compañía gubernamental, permisos cuya tramitación llega a durar veinte años, inversiones de hasta 13 millones de dólares sin aceptar patrocinios ni donaciones, controversia en los parlamentos en torno a la aceptación de cada proyecto, e incluso un par de fallecidos durante la elaboración y la exposición de una de las obras… Las cifras y las dimensiones manejadas por los artistas Christo (Gabrovo, Bulgaria, 1935) y Jeanne-Claude (Casablanca, 1935) parecen corresponder más a una empresa de construcción que a una iniciativa artística. Y sin embargo, un gesto decisivo los separa de otro tipo de proyectos –como podría ser, por ejemplo, la edificación de un inmueble–, confiriendo a los suyos –o al menos a la actitud que subyace– el calificativo de “artísticos”: sus obras sólo permanecen montadas un máximo de catorce días. El carácter efímero de la obra revierte cada una de las acciones que llevaron a su realización –eso que Christo llama el software de su trabajo– de una inutilidad que suele asociarse al arte. Aunque además de ser una decisión estética, podría tratarse de una estrategia infalible para atraer al público. Como bien reconoce el propio Christo, “el hecho de que la obra no permanezca crea una urgencia por verla. Si alguien te dice ‘mira a la derecha, hay un arco iris’, nunca contestarás ‘iré a verlo mañana’”. En cualquier caso, por si no bastase con ello, el resultado suele ser bastante atractivo a la vista, al menos en la medida en que se crean paisajes........