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Entrevista a Salman Rushdie: “No debes pensar en las consecuencias. Si tienes algo que escribir, lo escribes”

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08.11.2024

El 12 de agosto de 2021, más de tres décadas después de la fetua del ayatolá Jomeini, un fanático asestó quince puñaladas al escritor Salman Rushdie en una charla en el estado de Nueva York. El autor de Hijos de la medianoche –novelista de prestigio, símbolo y a la vez defensor de la libertad de expresión, miembro de una destacada generación de escritores en lengua inglesa y pionero de la literatura poscolonial– sobrevivió al ataque y ha contado su experiencia en Cuchillo. Meditaciones tras un intento de asesinato (Random House). En esta conversación hablamos del ataque y de su libro, y también de su idea de la literatura y su visión de la novela y el realismo.

¿Qué es lo más difícil de tratar cuando habla de este libro?

Pensaba que lo más difícil sería revivir el acontecimiento. Y resulta que no. Creo que se debe a que escribir el libro me cambió algo en la cabeza. En vez de hablar de una cosa terrible que me pasó, hablo de un libro sobre algo terrible que me pasó. Tengo una conversación sobre un libro. Y de una manera extraña eso parece haberme protegido de renovar el trauma. Lo que esperaba que fuera difícil no lo ha sido.

¿Qué ha sido difícil?

Que a causa de las cosas que han ocurrido en mi vida la gente presta más atención a esas cosas que a mi obra. Y así termino hablando de cuestiones como el ayatolá Jomeini, que murió en 1989, por dios. Los versos satánicos se publicó en 1988 y lo empecé a escribir en 1984: hace cuarenta años. Todavía tengo que hablar de él. Y también está el hecho de que haya sido tan incomprendido. Todo el mundo sabe que es un libro escandaloso sobre la religión, pero en realidad ni siquiera trata de la religión. Trata de Londres y de los inmigrantes. En todo caso, lo que me resulta tan difícil, y que he tenido que hacer mucho a lo largo de mi vida, es intentar dirigir la atención hacia mí como artista, no como alguien metido en un escándalo. Eso es lo más difícil.

Esa idea del malentendido y la tergiversación también está en Cuchillo. El asesino no conoce su obra, Jomeini no había leído Los versos satánicos. Y la gente, además, suele tomarle por un escritor distinto al que realmente es.

Cuando la gente lee Los versos satánicos, me suele hacer dos preguntas. Una es: ¿dónde está la parte sucia? Porque no la encuentro. Y yo digo: bueno, porque no está. Y la otra cosa que me dicen es: ¡no sabía que era divertido! La gente que lo ha leído sabe que es divertido.

Esas confusiones sobre cómo el libro debería ser un insulto y una blasfemia, en lugar de una novela cómica, son frustrantes. Dices el título de la novela a cualquiera y todos tienen una opinión.

Me impresiona, y también me ocurría al leer Joseph Anton, que haya podido seguir escribiendo sus novelas…

Una de las cosas que me dije a mí mismo en 1989 fue: hay varias maneras en que esto puede destruirme como artista. Una es si me asusta y escribo libros asustados. ¿Y a quién le interesan los libros asustados? Es mejor no escribirlos.

Y otra cosa es que me puede llenar de odio y me pongo a escribir libros de venganza. También serían terribles. Ambas posibilidades significarían que me habría convertido en una criatura del acontecimiento, y habría dejado de ser un artista independiente. Me dije que no debía hacer ninguna de las dos cosas. Cuando has escrito cuatro o cinco libros tienes una idea bastante clara de la dirección a la que quieres ir, en qué camino estás. Que no te distraiga este hecho, escribe el libro siguiente y luego el siguiente. Es lo que he intentado hacer.

Y es quizá la cosa que requería más fortaleza mental de las que he hecho. Tener la determinación para seguir siendo el mismo tipo de escritor que siempre he sido. Si tienes mis libros delante de ti y los lees en orden cronológico, no creo que pienses que a ese escritor le ocurrió una cosa terrible en 1989. Los libros siguen su propio camino. Estoy orgulloso de eso. Fue difícil.

Escribe ficción llena de imaginación y fantasía. Pero su análisis del mundo no tiene elementos sobrenaturales. Sin embargo, en el libro, cuando ocurre el ataque, a veces piensa en términos casi mágicos.

Se produjo una secuencia muy improbable de cosas y sin esa secuencia no estaría sentado aquí. No creo que fueran sobrenaturales, pero eran muy improbables. Tuve la suerte de que ocurriera esa secuencia de cosas muy afortunadas y sobreviví.

Porque nadie pensaba que fuera a sobrevivir. Ni siquiera los médicos. Hasta los cirujanos que estaban conmigo en el quirófano pensaban que era demasiado tarde. Y por suerte se equivocaban. Hicieron algo que no creyeron que pudieran hacer.

Después de ocho horas y media de cirugía, no era seguro que fuera a sobrevivir. Estuve con un respirador un par de días, y no estaba claro que pudiera volver a respirar por mi cuenta sin él. Así que esos primeros días fueron un interrogante. Fue un momento dramático cuando quitaron el respirador y resultó que podía respirar. Estaba totalmente drogado, morfina y fentanilo y dios sabe qué, drogas muy potentes, no pensaba muy claramente. Recuerdo que me desconectaron y que notaba que podía respirar y me parecía bien. Pensé: me pondré bien.........

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