Las vacas gordas

La mitología griega cuenta que Zeus se enamoró de una princesa llamada Europa. Para capturarla se transformó en un toro blanco que surgió del mar y la raptó, llevándosela en sus lomos. En las representaciones más famosas del mito –las de Rembrandt y Tiziano– ese toro blanco, rollizo y de cuernos cortos, parece más bien una vaca gorda.

Ahora ese mito suena muy actual. “Las vacas gordas” de una prosperidad desatada e irresponsable raptaron a Europa, y están a punto de ahogarla en un mar de deudas.

Durante doce años y hasta hace poco, viví en Europa. Asistí a momentos que ahora me parecen premonitorios de esta decadencia. Premonición que podría interesar en Latinoamérica también. Porque acá vivimos a lomos de nuestras propias reses gordas, sin creer que puedan llegar a raptarnos.

Vivía en Berlín cuando se introdujo el euro, en enero de 2002. Hice fila en mi sucursal de la Deutsche Bank, en Ku’damm, para cambiar los billetes de marcos alemanes. Recuerdo la desconfianza de una pareja de ancianos delante de mí. Comentaban que ya estaban pagando los costos de la reunificación alemana y temían acabar financiando los costos de una unificación europea. “¡Vamos a pagar las fiestas de los italianos y las siestas de los españoles!”, protestaban. Esa pareja de viejitos, sobrevivientes de la Segunda........

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