El dolor es un manantial que nunca se agota. Días atrás, una mujer gritaba desesperada en las urgencias de un hospital gallego. Médicos y enfermeras trataban desesperadamente de mitigar su sufrimiento. Su acompañante permanecía callado al pie de la camilla, como ya rendido por las circunstancias y, tal vez, acostumbrado y derrotado por el padecimiento de su compañera. La enferma, de cuando en vez, pedía que le aplicasen la eutanasia. Cada uno conoce sus males, pero es posible que los demás usuarios del servicio se sintiesen en cierta medida aliviados por no sufrir hasta tales extremos. Con el paso de los minutos, la paciente fue mitigando sus quejas hasta que se acallaron del todo. El dolor es para la humanidad más tirano que la propia muerte, dicen que escribió Schweitzer. Sin embargo, no todo el mundo tiene la misma capacidad para sentirlo. Anda aún estos días por las pantallas de los cines La zona de interés, un duro cuadro de ausencia de la más mínima compasión humana. Rudolf Höss, el comandante del campo de concentración de Auschwitz, armó una confortable vivienda al otro lado del infierno en el que diariamente agonizaban miles y miles de judíos. Con excelentes, jardines, piscina, baños, buena cocina y cerca de un río para excursiones de relax, y todo a 200 metros de las cámaras de gas y de una impecable organización industrial de la muerte. Un auténtico pionero de la eficiencia criminal se sentía satisfecho de sus resultados y aliviado por no tener que eliminar a sus víctimas a tiros. No sentía la más mínima contradicción entre su misión y la felicidad de su familia, como quien va a la oficina. Lamentablemente, la humanidad nunca está a salvo de los Rudolf Höss.

QOSHE - El dolor - Xosé Ameixeiras
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El dolor

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06.02.2024

El dolor es un manantial que nunca se agota. Días atrás, una mujer gritaba desesperada en las urgencias de un hospital gallego. Médicos y enfermeras trataban desesperadamente de mitigar su sufrimiento. Su acompañante permanecía callado al pie de la camilla, como ya rendido por las circunstancias y, tal vez, acostumbrado y derrotado por el padecimiento de su compañera. La enferma, de cuando en vez, pedía que le aplicasen........

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