Política sentimental

Las olas de sentimentalismo preludian la polarización social, primero, y la violencia, después. Es el lenguaje preferido por toda suerte de populismos, más o menos autoritarios, más o menos de derechas o de izquierdas. Da igual. El sentimentalismo ahorra la dura tarea de pensar, esquiva la razón —tan dispuesta siempre a negarnos la razón— y, sobre todo, alcanza un estatuto maravilloso en la lucha política: lo sentimental........

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