Reparación y palabras

Hay muertes que nos dejan sin palabras, por imprevisibles, por fortuitas, por contranaturales. Francesc Torralba ha titulado justamente No hay palabra s el libro en el que comparte su dolor y busca consuelo por la muerte abrupta e inesperada de su hijo Oriol, fallecido en un accidente en la montaña, mientras caminaban juntos, un día cualquiera de agosto del 2023.

Otras muertes, sin embargo, no pueden con el silencio y en la medida en que violentan no solo los sentimientos, sino también la razón, exigen reparación y palabras. Muchas palabras necesitaron Voltaire y los de su generación cuando, después de haberse pasado la vida predicando el fin del oscurantismo y el progreso de la humanidad, tuvieron que encajar la tragedia del terremoto de Lisboa. Como es sabido, la mañana del 1 de noviembre de 1755, tres seísmos consecutivos acabaron con la vida de entre 30.000 y 40.000 personas y un tsunami arrasó con los barcos del puerto. Los temblores fueron tan fuertes que se notaron en lugares tan lejanos como Escocia o Italia. Europa quedó psicológicamente en........

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