El Ponte Vecchio casi es poesía. Por su belleza, por sus vistas y sobre todo por su historia, sus historias. Símbolo de Florencia, junto con la cúpula de Brunelleschi, su origen se remonta a una de las letales crecidas del Arno, la registrada en el curioso año de 1333. En esa ocasión, el alluvione se llevó con furia el puente que cruzaba la ciudad por la zona más estrecha del río. Pero no solo. Se la recuerda como la peor inundación que ha sufrido la capital de la Toscana, con 300 muertes e innumerables daños. Tal fue la destrucción que solo los trabajos de limpieza se alargaron medio año. El agua alcanzó niveles dantescos, llegando a los tres metros de altura en el Palazzo Vecchio. Aunque lo peor estaba por llegar.

El Ponte Vecchio ha resistido a inundaciones, incendios y a la invasión nazi durante siete siglos.

Ironías del destino, ese mismo día, 4 de noviembre, pero de 1966, Florencia viviría su último y catastrófico alluvione , todavía más intenso pero no tan mortal. El nuevo puente, es decir, el Ponte Vecchio, que las autoridades inauguraron en 1345, resistió a la crecida 633 años después. Es más: siempre ha resistido a todo, incluso a la retirada de las tropas nazis, convirtiéndose en el único que no voló por los aires el 4 de agosto de 1945.

Tras tantos avatares, es más que merecida la restauración anunciada hace tan solo diez días, la primera de su intensa historia. La intervención, de mantenimiento, empezará en octubre, se alargará tres años y costará dos millones de euros, aunque el Consistorio solo pagará uno. El otro irá a cargo de una vieja familia florentina, la Antinori, que ya era una de las más relevantes de la ciudad cuando se construyó el célebre puente. Primero, como comerciantes de seda y a partir de 1385 como vinicultores. Desde entonces, 26 generaciones se han dedicado a la producción de vino. Y, de hecho, esta millonaria contribución a la ciudad pretende celebrar el 50.º aniversario de la comercialización del Tignanello, buque insignia de la bodega.

El proyecto de restauración del Ponte Vecchio

Los Habsburgo-Lorena los convirtieron en marqueses y aquí siguen, en el renacentista Palazzo Antinori, en la plaza que lleva su apellido, con buchette de vino en la fachada, esas ventanas en forma de fiasco de chianti que asoman en muchos de los palacios de la antigua nobleza florentina. Brindemos, pues, con este caldo por la salud de un Ponte Vecchio que, renovado, seguirá siendo testigo privilegiado de la historia de Florencia.

QOSHE - Larga vida al Ponte Vecchio - Sílvia Colomé
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Larga vida al Ponte Vecchio

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21.04.2024

El Ponte Vecchio casi es poesía. Por su belleza, por sus vistas y sobre todo por su historia, sus historias. Símbolo de Florencia, junto con la cúpula de Brunelleschi, su origen se remonta a una de las letales crecidas del Arno, la registrada en el curioso año de 1333. En esa ocasión, el alluvione se llevó con furia el puente que cruzaba la ciudad por la zona más estrecha del río. Pero no solo. Se la recuerda como la peor inundación que ha sufrido la capital de la Toscana, con 300 muertes e innumerables daños. Tal fue la destrucción que solo los trabajos de limpieza se alargaron medio año. El agua alcanzó........

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