Falta agua y falta sangre. Eso lo sabemos todos. Y aun así todavía son muchos los que no cierran el grifo mientras se cepillan los dientes. Que siguen poniendo a diario lavaplatos medio vacíos y la bañera hasta los topes. O que se escandalizan por las restricciones en las duchas de los gimnasios, pero les resbala o ni tienen noticia de la pérdida del 24% del agua potable catalana en esas fugas eternas que solo se medio afrontan cuando la sequía pasa de grave. Me pregunto cuántas........