Lo que subió la fortuna de Elon Musk en los dos días siguientes a la victoria electoral de Donald Trump es equivalente a lo que pagó por Twitter. La compra no fue un gasto, sino una inversión que ha sabido rentabilizar, aunque tuvo la sensación de que había pagado más de lo que valía. Pero Musk ha sabido sacar un rendimiento estratosférico a este dinero. De momento, le ha situado como el invitado permanente al palacete de Mar-a-Lago, en Palm Beach, y en un par de meses lo será de la Casa Blanca. El único problema es que se exceda en su........