Las sirenas de los bomberos nos sobresaltan a la hora de la siesta. Corro a la cocina para asomarme al pinar que hay detrás de los apartamentos. Está muy dejado, y cualquier día tendremos un disgusto, suelen comentar los vecinos y mi madre. Nunca habíamos visto los árboles así de secos, ni aquí ni en el resto de la isla. Son habituales las garrigas de un verde apagado. Pero este año, matas, ullastres y muchos pinos están marrones. Son especies muy resistentes con raíces profundas, muestra de hasta dónde se adentra la sequía. Las últimas lluvias no serán suficientes. Un 72% del agua que se consume en las Baleares procede de los acuíferos subterráneos, y se están salinizando.
No hay incendio. No se ve humo ni huele a quemado. Aúllan más........