Cuando la furia de la naturaleza se desata y causa desgracias personales y daños materiales incalculables se tiende a buscar razones y pedir responsabilidades a los políticos. La tragedia que se abatió ayer sobre Valencia y otras zonas del Levante ha dejado indefensas a miles de personas que han perdido familiares, bienes, casas y utensilios imprescindibles. Un desastre.
Vehículos arrastrados por el agua en Picaña
Una catástrofe de esta magnitud suscita compasión y solidaridad entre las gentes, independientemente de lo que piensan,........