Qué feliz me sentí aquel día de 1999 cuando salí de casa, llegué al aeropuerto, tomé un avión que me condujo a Munich y solo cuando me registré en el hotel me pidieron el pasaporte. El tratado de Schengen permitía la libre circulación de personas por los países que lo habían ratificado, 25 de los 27 miembros de la Unión, más Islandia, Suiza, Noruega y Liechtenstein.
Había caído el muro de Berlín en 1989 y Europa se reconciliaba consigo misma tras las dos debacles mundiales del siglo pasado. Se respiraba optimismo porque habían caído las barreras humanas y políticas en el epicentro global de las grandes tragedias.
Las guerras levantan muros y fronteras, introducen pasaportes, controlan al extranjero y promueven el nacionalismo de los estados. Josep Maria de Sagarra cuenta en sus memorias que quiso terminar en 1914 por considerar que a partir de la Gran Guerra llegó la barbarie al continente, que se podía ir en tren de Barcelona a cualquier capital europea, incluso a San Petersburgo, sin que nadie le pidiera la........