La sacudida electoral de la extrema derecha alemana (AfD) en Turingia y en Sajonia, dos estados que pertenecieron a la ex República Democrática Alemana, tiene más valor simbólico que real. A pesar de ser la primera fuerza en Turingia y la segunda en Sajonia, es improbable que gobierne porque precisa de apoyos del resto de los partidos que no van a obtener. Los dos estados suman 6,2 millones de habitantes y representan el 7 por ciento de la población alemana.
La simbología del espectacular avance electoral de la extrema derecha radica en el miedo que produce que un partido alemán ultra gane unas elecciones con mensajes supremacistas y racistas que guardan paralelismos con los de hace un siglo.
Miedo, intransigencia y odio son conceptos que han reaparecido con fuerza en el vocabulario político europeo. Se basan en el rechazo al migrante, en la guerra de Ucrania y en el temor a la Rusia de Putin, en el alza del coste de la vida y en la inseguridad ciudadana.
Estos resultados son un dardo envenenado a la estabilidad del Gobierno........