En estos tiempos de confrontación y zozobra política, es probable que haya quien piense que se debería estar en posición de combate y disparar (en este caso, desde el teclado del ordenador) contra alguna de las Españas que, como prescribió Antonio Machado, sigue helando a muchos el corazón. Pero no pretende ser este el cometido de esta tribuna. Me limitaré a dejar constancia, una vez más, del enorme desasosiego que causa el impúdico enfrentamiento político y del daño descomunal que comporta en la confianza hacia la democracia y sus instituciones.
Y ello sin dejar de insistir en que, en el inventario de mis preocupaciones sigue vigente pensar que una buena parte de los actores de la actual confrontación persiguen el objetivo adanista de empezar de nuevo el edificio democrático, aboliendo lo que despectivamente llaman “el régimen del 78”. Pero, pese a todo, estoy convencido de........