Lo que hace interesantes a hombres y mujeres es la humanidad que albergan y destilan. Y la humanidad siempre es imperfecta. Las imperfecciones de lo hecho a mano con su encanto y belleza. Como el arte. Sí, la belleza del desperfecto. El paso del tiempo y sus arbitrariedades en la geografía de rostros y cuerpos. Detrás de cada arruga o de cada deterioro hay una alegría o una desolación, un dolor fosilizado o una confesión de lo vivido.
Quizá por eso en cada mujer crepuscular o en cada hombre cárdeno entrepelado anida la belleza de una fiesta........