Eso era cuando aún éramos simpáticos con los turistas. Los extranjeros, decíamos, olían diferente a diabetes y a perfumes caros. En los jardines de la plaza Gaudí, el aroma de los Campos Elíseos. Cuando la marea turística era aún un suave oleaje, en la dulzona nebulosa de los recuerdos, piernas, rostros y brazos color mortadela. La generosidad tórrida del sol de Spain, aquel que en 1983 pintó Miró para la marca España y que arrebató de perplejidades a algunos catalanes exigentes con lo propio y laxos con lo ajeno.
La Sexta Flota desembarcaba en........