Que una película como Civil war esté arrasando en las salas norteamericanas quiere decir algo. El cine sirve con frecuencia para explorar y conjurar los temores más oscuros de una sociedad. Las modernas técnicas de intoxicación informativa y la agresividad no solo retórica de un hombre como Donald Trump, sin las que sería inexplicable el asalto al Capitolio de hace tres años, han provocado una profunda división entre los estadounidenses, que no descartan el estallido de una guerra fratricida. Si la película lleva varias semanas liderando la taquilla de ese país es porque muchos norteamericanos se preguntan cómo sería su vida en caso de que el conflicto llegara a desatarse.
Civil war cuenta la historia de cuatro reporteros que tratan de llegar a Washington antes de que sea ocupada por las tropas sublevadas. La devastación es absoluta, con gran parte de la población acogida en campamentos de refugiados, el país entero convertido en un campo de batalla, los accesos controlados por milicianos sedientos de sangre y la cotización del dólar bajo mínimos.........