Ya podemos afirmar que una de las batallas culturales que se están librando en Europa es quién determina el uso del tiempo de los ciudadanos; una batalla que lleva a una colisión entre los intereses de los estados, las empresas, las grandes corporaciones tecnológicas y las personas. En este conflicto por tener el control y fijar en qué usa el tiempo el ciudadano, la izquierda política busca liberar al hombre de la carga y explotación del trabajo de un asalariado o un autónomo, mientras que las grandes corporaciones tecnológicas, como Amazon, Meta u Open AI, aspiran a controlar la máxima atención de los ciudadanos/usuarios a través de algoritmos. Y las empresas tradicionales, de sectores como el de los servicios, necesitan que sus empleados estén comprometidos con el tiempo requerido para realizar su trabajo.
Si en el pasado la lucha de clases se centró, en gran medida, en combatir contra la explotación física de los trabajadores, ahora la lucha se centra en evitar la explotación del tiempo de las personas para que puedan recuperar su vida fuera del trabajo. La batalla por definir el uso del........