Estás seguro de eso?, le replicó el dios Dioniso.
–Sí, sí, que todo lo que toque se convierta en oro, insistió Midas.
–De acuerdo, si te empeñas, así será, dijo resignado el dios mientras se daba la vuelta.
Midas, rey de Frigia (una región de la península de Anatolia, la actual Turquía) había recogido a Sileno, uno de los sátiros, simpático y sabio, pero como todos los sátiros, un juerguista, que en una de sus borracheras se había perdido. Zeus le había confiado en su momento a este sátiro la educación de su hijo........