En su vida, fue objeto de veneración por sus virtudes; después de su muerte, fue adorado como un ser divino y se le incluyó en el número de los dioses”. Ya el historiador romano Suetonio recoge la tendencia del culto al líder en el primero de los emperadores, Augusto, que se conoce como cesarismo.
Desde tiempos antiguos, la figura del líder ha oscilado entre la reverencia y la deificación, una tradición que encontró un terreno fértil cuando “se jodió la República” (siguiendo a Vargas Llosa) y comenzó el imperio romano. Este culto al emperador era una herramienta política........