Los cien días del president Illa

Forman parte del pasado los tiempos en los que todo gobierno de nuevo cuño gozaba de cien días de cortesía parlamentaria y política para aterrizar plácidamente en la pista de sus nuevas responsabilidades. Tres meses largos de una calma hoy imposible que servían para sentar las bases de lo que debía ser el despliegue efectivo de su programa electoral.

Salvador Illa sí ha conseguido disfrutar excepcionalmente de ese paréntesis de ruido que remite a épocas pretéritas. Una parte del mérito es sin duda suyo, en la medida en que su modo de ejercer la presidencia se define por un estilo diametralmente opuesto al de la confrontación. Pero también tiene que ver con ello que buena parte de la oposición –ERC y Junts– no ha estado en condiciones de desplegar todo su potencial parlamentario por estar centrada en sus propias cuitas. Los de Oriol Junqueras siguen pendientes de su congreso, y Junts acaba de poner punto final al suyo.

Así que hasta la fecha el caminar del Ejecutivo socialista al frente de la Generalitat ha sido plácido. Ni una sola tormenta política ha amenazado sus primeros cien días, lo que le ha permitido gobernar sin necesidad de recurrir al........

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