La muerte propia siempre parece un personaje inventado. Da igual que colisione tu coche o albergues un tumor. Siempre hay algo de perplejidad en toparte con la muerte. Como si no fuera la vida lo accidental y extraño, lo que no nos tendría que haber pasado y nos pasó. La muerte de Paul Auster nos la anunció, y trató de hacerla literatura, él mismo como en un intento de volverla verosímil. Como siempre sucede en los grandes creadores, lo consiguió........