En un primer momento, las designaciones de Donald Trump para su gabinete parecen ocurrencias disparatadas y vengativas. Por supuesto que lo son, pero en todas ellas hay un mensaje demoledor. Pon a cualquiera porque cualquiera puede hacerlo. Es decir, si vamos a desmantelar el Estado, no contratemos a unos técnicos especialistas que procederán a un lento y sofisticado apagón de confianza en el Estado. Contratemos a un montón de Chip y Chop para que procedan a la demolición con ellos dentro y procedamos a la privatización de lo más rentable.
Da igual quién ostente el gabinete este o........