El 12 de septiembre de 1683, el visir turco Kara Mustafá, en retirada después de perder Viena, tuvo que aceptar dejar sus posesiones atrás. De todas éstas había dos que estimó demasiado hermosas para que cayeran en poder de los cristianos del rey polaco Juan III Sobieski. Por ese motivo las mandó decapitar. Una fue una de sus esposas y la otra, un avestruz.
Dicha anécdota, recogida en esa maravilla de libro sobre un viaje que la escritora Rebecca West hizo........