Queremos sustituir el petróleo, pero estamos en contra de apagarnos
Las alertas por apagones de energía han aumentado en el país por el bajo nivel de los embalses tras el prolongado fenómeno de El Niño. Cerca del 63% de la energía en el país es producida en las hidroeléctricas.
Andrés Camacho, ministro de Minas y Energías, ha descartado las alertas del apagón, pero un posible desabastecimiento de energía resuena entre los actores privados del mercado eléctrico nacional.
La integración de fuentes no convencionales de energía renovable, como la solar y eólica, es una alternativa. De acuerdo con un informe de XM, operador del Sistema Interconectado Nacional, para 2025 habrá mayor exigencia de energía térmica debido a las sequías.
Para analizar el panorama, La Silla Académica entrevistó a Santiago Hoyos Velásquez, ingeniero electricista y líder del grupo de investigación EnergEIA. Hoyos es experto en transición energética en la Universidad EIA en Antioquia. Esta entrevista se realizó alimentada por el artículo coescrito por Hoyos, “Integración de fuentes no convencionales de energía renovable al mercado eléctrico y su impacto sobre el precio”.
La Silla Académica. Teniendo en cuenta las alertas de posibles apagones, ¿cómo ve el panorama energético del país?
Santiago Hoyos. El sector energético es diverso desde su propia concepción gracias a las distintas fuentes de energía que tenemos. Desde el punto de vista eléctrico, la energía en Colombia es muy limpia. De los 20,7 gigavatios que tenemos instalados, alrededor del 63% se producen de forma hidráulica, el 30% de manera térmica (con hidrocarburos) y el 6% proviene de fuentes no convencionales de energía renovable (Fncer), como la energía solar.
Hoy tenemos una alta dependencia de las fuentes de energía hidroeléctricas. Es decir, si bajan los niveles de los embalses, como ha ocurrido con el fenómeno de El Niño, se reduce su capacidad de generación de energía. Deberíamos tener otras fuentes que puedan producir energía cuando las fuentes hidráulicas no tienen esa capacidad. Es decir, si tenemos mucho sol y poca generación hidroeléctrica, tendría que aumentar la capacidad de generación solar.
Por eso es que se prevé un desabastecimiento en el caso de que El Niño sea prolongado y muy intenso. Las fuentes de energía térmicas tendrán que suplir esa ausencia, pero para eso hay que tener el combustible que produzca la energía eléctrica. Si no se tiene el combustible, tendríamos ese riesgo de apagón.
LSA. ¿Cómo se diferencian las Fncer de las fuentes convencionales?
SH. Las Fncer son aquellas que no han sido utilizadas de manera masiva en la generación de energía, por ejemplo, está la energía solar, eólica, hidráulica, de biomasa, mareomotriz, entre otras.
En ese orden de ideas, en el caso colombiano, hemos tenido una generación de energía convencional compuesta por hidroeléctricas con grandes centrales como Hidroituango, de 1.200 megavatios en su primera fase, o San Carlos de 1.200 megavatios ya funcionando, y por las plantas térmicas que consumen combustible que puede ser gas natural u otro derivado, como el Acpm.
La generación de energía hidroeléctrica es renovable, pero solo en una menor escala se considera una fuente no convencional. Es decir, centrales hidroeléctricas menores a 20, 10 o 5 megavatios.
Una ventaja de las Fncer es que tienen bajos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, aunque eso no las hace libres de contaminación. Por ejemplo, en el caso de la energía solar, se aprovechan los fotones de la radiación para convertirlos en electrones con módulos fotovoltaicos a base de silicio. Pero el silicio hay que extraerlo y eso conlleva un proceso que no es del todo limpio.
Otra diferencia clave, a nivel de descentralización, es la posibilidad de que el usuario final sea “prosumidor” de energía. Él mismo puede generar la energía que va a consumir, por ejemplo, con paneles en el techo de las casas. Si tiene excedentes, la regulación actual permite que los venda al mercado. Es decir, los usuarios pueden ahorrar plata, obtener ingresos y reducir su huella de carbono al mismo tiempo.
LSA. ¿Qué tanto se han implementado las Fncer que se utilizan en Colombia?
SH. Como decía, la tecnología solar que representa alrededor del 6% de la producción del Sistema Interconectado Nacional. Esta integración se ha dado fácilmente por su bajo costo y mecanismo de generación, que permite una implementación distribuida desde los techos o pisos, no solo de hogares, sino de empresas o comercios. Hoy incluso una buena cantidad de sistemas fotovoltaicos solares conectados al Sistema Interconectado Nacional venden sus excedentes.
También tenemos fuentes eólicas, pero en una menor medida. Se espera que ingresen más Fncer como la generación por biomasa y se incrementen las plantas eólicas y solar en el país. No quiere decir que las otras no se estén trabajando o explorando, pero se trabajan de forma más lenta.
La energía instalada a nivel distribuido, la generada de manera descentralizada, es muy pequeña de la capacidad del país que atiende los 230 gigavatios hora al día de la demanda. Habría una gran oportunidad si se desarrollaran políticas que, por medio de incentivos, permitan romper algunas barreras que tienen los usuarios para que puedan adoptar más estos sistemas de energía desde sus hogares o empresas.
LSA. ¿A qué tipo de energía no convencional tendría que apostarle el país?
SH. Colombia debería invertir más en los........
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