Mientras en Medellín, Bogotá y Cartagena los alcaldes disfrutan de sus lunas de miel, el alcalde de Cali ya está aterrizando. La última Invámer Poll mostró que la imagen positiva de Alejandro Eder comienza a descender y ahora tendrá que gobernar con los pies sobre la tierra.
No es solo una encuesta. Eder ha vivido semanas complicadas en el Centro Administrativo por los ruidos de un contrato cuestionado, demoras en programas sociales y la inseguridad, que mejora en indicadores, pero sigue siendo un problema. A eso se le suman las patinadas de algunos funcionarios con muchos pergaminos, pero poca cancha.
El aterrizaje apresurado demuestra una vez más que Cali es una plaza difícil para cualquier alcalde. Incluso cuando hay consensos.
Eder comenzó su mandato con la escoba en la mano. Junto a sus aliados políticos y empresariales impulsó una campaña para embellecer la ciudad. Después, Cali estuvo en boca de todo el país cuando entró a competir por la COP16, la conferencia mundial sobre biodiversidad, que finalmente ganó. Un arranque frenético que se reflejó en las encuestas: 64% de favorabilidad en febrero, en la encuesta Invamer Poll.
Sin embargo, la espuma de la COP bajó momentáneamente y con el paso de los meses la Alcaldía tuvo que enfrentarse a asuntos más domésticos: seguridad, problemas sociales, contratación, entre otros. Fue ahí cuando la imagen positiva de Eder bajó 15 puntos y aumentaron los caleños que creen que las cosas están empeorando.
Los resultados contrastan con los de las otras grandes ciudades, donde los alcaldes mejoraron su imagen en los últimos dos meses. Federico Gutiérrez, en Medellín, marcó 79%; Carlos F. Galán, en Bogotá, un 59% y en Barranquilla Alejandro Char registró 79%.
“En el caso de Eder hubo más voto estratégico que en el caso de Medellín y Barranquilla”, dijo Juan Pablo Milanese, profesor e investigador del Departamento de Estudios Políticos de Icesi. “Ellos tienen una base de votantes propios mucha más alta. Mientras que Eder, al parecer, tiene votantes que se le sumaron no por un alto nivel de convicción, sino por considerarlo la mejor opción en ese contexto. Ese voto tiende a ser más volátil”, agregó.
Para Milanese, hay que tener en cuenta que tanto Gutiérrez como Char representan la continuidad de un sector consolidado. “En Barranquilla hay un grupo político fuerte. En Medellín, con oscilaciones, también. Pero en Cali el nivel de atomización de la dirigencia política y social es muy grande. A todos les cuesta estabilizarse, implica hacer coaliciones con actores diferentes y eso tiene un costo”.
De hecho, al revisar la línea........