Los carros pequeños flotaban en los charcos de la Autopista Norte en la inundación que causó un aguacero en el acceso principal del norte de la capital de Colombia, que quedó totalmente bloqueado durante varias horas. Más de dos mil personas fueron evacuadas, algunas en barcos inflables de los bomberos. La emergencia impactó a cientos de miles de ciudadanos.
La escena no es nueva, pero llegó en medio de un debate entre el gobierno de Gustavo Petro y la Alcaldía de Carlos Fernando Galán sobre el desarrollo urbano del norte de Bogotá. Ahora se aviva por decisiones del gobierno nacional, especialmente del Ministerio de Ambiente de Susana Muhammad, que han obstaculizado tres proyectos de infraestructura estratégicos: la ampliación de la Avenida Boyacá, la de la Autopista (y carrera Séptima), y el Regiotram del Norte.
Esto pinta un patrón de oposición a los planes que tiene la Alcaldía desde el gobierno nacional. El Ministerio ha actuado de manera separada y haciendo cumplir a rajatabla las normas ambientales que deben cumplir actores privados. Pero sus acciones tienen en vilo los planes de expansión urbana del norte, y paralizadas las soluciones para problemas como los vividos en la Autopista.
La Avenida Boyacá
De fondo hay un choque desde hace 15 años entre las visiones ambientales de la izquierda bogotana, ahora en el gobierno, y la visión de desarrollo que planteó Enrique Peñalosa, y continuaron Claudia López y Galán. Es una puja sobre el espacio no construido más grande, de 1800 hectáreas, aún disponible en la capital. El petrismo tiene una visión de conservación ambiental radical de la reserva Thomas Van der Hammen y la estructura de humedales del norte, y busca frenar la urbanización y construcción de vías. Galán carga hoy las banderas, refrendadas en la última elección, de impulsar el desarrollo de predios que hoy son privados cerca a la reserva, a cambio de hacer realidad los espacios de conservación.
“Yo hago un llamado a la Nación para que respete la autonomía territorial de Bogotá y no se entrometa”, dijo el alcalde Galán después de que el Consejo de Estado admitiera una demanda de nulidad, interpuesta por Susana Muhammad, ministra de Ambiente, sobre la licencia ambiental que le dio la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) al proyecto de ampliación de la Avenida Boyacá entre la 185 y la 235.
La ampliación de la Avenida Boyacá, que hoy termina en la calle 185 y se tiene que prolongar hasta la 235, hace parte de las obligaciones de la carga urbanística asociada al plan parcial, una figura de desarrollo urbanístico público-privado, llamado Lagos de Torca. Los planes parciales descargan las responsabilidades sobre los privados de construcción de la infraestructura pública (calles, puentes, parques), a cambio de los permisos del Distrito para construir y vender viviendas. En su campaña, Galán recibió donaciones de varios de los actores interesados en este tipo de proyectos.
Este megaproyecto urbanístico pretende construir una ciudadela de 135.000 unidades de vivienda en el norte de la ciudad. Es una mezcla de viviendas populares y de estratos........