Justo cuando gobierno avanzó con el Clan del Golfo, Trump se atraviesa

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La mesa con el Clan del Golfo, el grupo armado más grande del país, llegó la semana pasada a su punto más avanzado: el acuerdo de concentrar a sus combatientes en tres Zonas de Ubicación Temporal (ZUT) desde el 1 de marzo de 2026, como primer paso hacia su desmovilización.

Pero esa hoja de ruta —quizás la más ambiciosa de la paz total— chocó con el anuncio de Estados Unidos de incluir al grupo en su lista de organizaciones terroristas: una decisión que pone en riesgo la facilitación de Catar y vuelve más cuesta arriba la logística, la financiación, la legitimidad y el horizonte jurídico de la negociación.

El choque no es menor porque el Clan del Golfo —o Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), como se autodenominan— no es una guerrilla en retirada sino una organización armada en expansión: está presente en cerca de 340 municipios y tiene más de 9 mil hombres. Y para que las ZUT arranquen, el Gobierno no solo necesita decretos y seguridad en terreno, sino un mecanismo de verificación que, en el papel, empezaría a funcionar desde el 18 de diciembre de 2025.

Bajo el liderazgo de Álvaro Jiménez, el Gobierno consiguió en Doha a comienzos de diciembre compromisos importantes: el Clan se comprometió a no reclutar ni usar menores y a entregar a los que tenga en sus filas; no interferir en elecciones; proteger la naturaleza; respetar el DIH; y empezar el traslado a tres ZUT en Belén de Bajirá y Unguía (Chocó) y Tierralta (Córdoba), con miras a la dejación de armas. También acordaron un mecanismo tripartito de monitoreo (MAPP/OEA, Gobierno y Clan) desde el 18 de diciembre. 

La negociación, además, no tiene cese del fuego........

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