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El Estado colombiano tiene muchas deudas con los pueblos indígenas, pero hay una de la que poco se habla: la desprotección de los adultos mayores. En Vichada, la situación para muchos integrantes de esta población es particularmente grave porque, imposibilitados para trabajar y sin jubilación ni subsidios del Gobierno, el hambre y la resignación son lo único que queda.

“Es una realidad”, me dijo en agosto de este año el profesor sikuani César Rodríguez, exsecretario de la Mesa Permanente de Concertación de Vichada: “las comunidades indígenas de Vichada están aguantando hambre”. Aleida Forero, una enfermera que desde 2012 es diputada de Vichada, también me lo confirmó: “Están en sus chinchorritos, prácticamente esperando la muerte”.

Las cifras respaldan estas afirmaciones. En Vichada, de acuerdo con los datos del DANE, el 87 % de los adultos mayores indígenas padece pobreza multidimensional, cuando la media nacional es del 43 %. Y según la Encuesta de Calidad de Vida, realizada por el DANE en 2024, el 48 % de los habitantes de Vichada padecieron inseguridad alimentaria moderada o grave; es decir, uno de cada dos vichadenses presentó dificultades para acceder a alimentos, bien sea por cantidad o calidad,........

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