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Fin de tregua entre Petro y Uribe puede asfixiar al centro, pero implica riesgos 

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25.10.2024

“¡Fuera, Petro; fuera, Petro!”, gritaron los asistentes a un mitin con el expresidente Álvaro Uribe en Medellín este fin de semana. Uribe, con un movimiento acompasado de manos, respondió: “No, no, no. Después dice que le estamos dando un golpe de Estado”.

El tono burlesco, aunque invitaba a la moderación, se suma a los encontronazos que ha protagonizado en redes el exmandatario con el presidente, Gustavo Petro, en las últimas semanas. “En su vida de hacendado tuvo un problema con sus trabajadores y todo terminó en muerte”, le dijo Petro a Uribe ante sus recientes críticas al avance de la reforma laboral en el Congreso. Uribe contrapunteó: “Respete, presidente, que yo trabajaba mientras usted delinquía”.

El cruce de trinos rompió de manera definitiva una tregua de dos años de gobierno, que ya venía tensionada por la designación del exparamilitar Salvatore Mancuso como gestor de paz en agosto pasado. Y aunque aún es temprano para el 2026, la reedición de esta pelea de más de una década se da justo cuando Petro entra en su tercer año, jugado por su narrativa de un supuesto golpe, y el Centro Democrático oficializa sus precandidatos.

Congresistas de cada esquina coinciden en que el tiempo para dialogar terminó y que con la confrontación que se anticipa ganan todos, menos el centro. Pese a esto, Petro corre el riesgo de despertar a un férreo opositor, que mostró su talante en el segundo gobierno de Juan Manuel Santos, y Uribe a un radical círculo petrista, en medio del juicio que avanza en su contra por supuesto soborno a testigos.

Fue Petro quien allanó el camino para la reconciliación. Lo hizo al otro día de su elección, en junio de 2022, en un encuentro con Uribe que parecía improbable. El gesto fue atendido por el expresidente y sugirió una temprana moderación entre viejos enemigos. “Fui uno de los primeros en estar de acuerdo con los acercamientos, pese a la hostilidad que tenemos Petro y yo”, dice José Obdulio Gaviria, consejero de Uribe.

Pero ese no fue el único gesto. Petro se acercó a la derecha recién estrenado el gobierno al montar a José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán y esposo de la senadora María Fernanda Cabal, en su reforma agraria y en la mesa que aún intenta negociar la paz con el ELN.

Incluso Uribe, pese a la belicosidad temprana de sus congresistas, trató de reinventarse desde la moderación. Como contó La Silla en esta nota, el expresidente apostó por jalonar........

© La Silla Vacía


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