Dualidad fiscal y monetaria
El mundo desarrollado ha estado positivamente impresionado por el aguante de la economía de los Estados Unidos ante la arremetida inflacionaria (2022-2023) y los diversos choques fiscales y geopolíticos. En efecto, los Estados Unidos estará creciendo (nuevamente) cerca de su potencial de 2,5% en 2024 y, gracias a su alta flexibilidad laboral, el desempleo promedia solo 4%.
Y cabe anotar que esto ocurre a pesar del advenimiento de robotización y diseminación digital. Luego ha podido más la “destrucción creativa”, impulsando especialmente el sector servicios, que los llamados de los “nuevos luditas” (tipo Acemoglu y Johnson, 2023 “Power & Progress) a sobre-regular dichos sectores por temor a supuesto escalamiento en desempleo.
También ha resultado positiva la estrategia Biden de impulsar la infraestructura y la fabricación de supercomputadores y microchips en territorio de los Estados Unidos, tanto por posicionamiento industrial como por razones de seguridad nacional. Pero esto no viene gratis y la contrapartida ha sido el mantenimiento de déficits fiscales bordeando 6% del PIB durante 2020-2023 y llegando a 7,5% del PIB en 2024.
A pesar de su buen crecimiento real, el recaudo está creciendo por debajo de lo requerido para estabilizar la deuda pública. Este ha sido el legado de la reforma........
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