La trascendencia del caso Euroclear, por Sebastien Adins
A lo largo de las últimas semanas, el nombre de Euroclear no ha dejado de resonar en el debate público europeo. Poco conocida por el gran público, se trata de una de las mayores instituciones financieras del mundo –descrita a menudo como el “contador de los mercados financieros”– que se encarga de la compensación, liquidación y custodia de valores para bancos, gobiernos e inversionistas a nivel global. Con sede en Bruselas, mantiene en depósito unos €38 billones (¡con doce ceros!), entre los cuales figuran €185 000 millones en activos rusos, congelados allí por la Unión Europea (UE) desde el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022. Mientras la UE ya ha destinado más de €3.5 mil millones en rentas acumuladas sobre dichos activos a diversos programas de ayuda financiera a Ucrania, el Estado belga ha hecho lo propio con la recaudación fiscal generada por estos ingresos.
Desde hace algún tiempo, la UE sostiene que los fondos rusos congelados solo serían devueltos una vez que Moscú pagara reparaciones a Kiev. Lo novedoso ahora es que la Comisión Europea ha buscado dar un paso adicional al avalar su confiscación de facto como base de un préstamo destinado a Ucrania. De haberse concretado, se habría tratado de una decisión sumamente perjudicial, finalmente evitada por la oposición de Bélgica e Italia durante una cumbre del jueves pasado. En su lugar, la UE optó por conceder a Ucrania un préstamo de €90 000 millones financiado mediante la emisión de deuda conjunta del bloque en los mercados de capitales. Sin embargo, el escenario de una confiscación aún no ha quedado zanjado definitivamente.
El contexto siempre importa. Como es sabido, Ucrania atraviesa crecientes........





















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