La lista de los propósitos para este 2024 seguro que es prácticamente igual a la del año que se fue y a los anteriores. Dejar de fumar, ir al gimnasio, hacer dieta, aprender inglés o cambiar de trabajo. Poco nuevo. Por eso la lista disminuye o desaparece cuando se suman los años. Nos damos cuenta que no merece la pena perder el tiempo en una tarea tan poco productiva. Sabemos que, aunque hayamos pagado la primera cuota, no haremos deporte.

En esto días también se elaboran las listas de los deseos, más personales y generalmente más emotivas. Con ellas nos sentimos menos culpables. Ya se sabe que para que se cumplan a veces se necesita ayuda mágica que no podemos controlar. Yo no hago listas. No quiero decepcionarme a mí misma con los resultados. Pero si me viera obligada a hacer una petición para este 2024, que pueda hacerse pública, sería la recuperación de la confianza. Podría ser el primer paso para recomponer una sociedad que se golpea a sí misma, sin darse cuenta de que los cascotes que caen nos dejan sin tierra firme sobre la que caminar. Y necesitamos urgentemente avanzar sin miedos.

Para empezar no estaría mal recobrar la confianza en el poder judicial. Comprobar que las decisiones que se toman - sea para dictar una sentencia, investigar delitos o renovar su caduco Consejo- se basan únicamente en la aplicación de las leyes, sin sesgos de intereses ideológicos, políticos o económicos. Nos ofrecería un marco más fiable para denunciar las injusticias y proteger los derechos.

Sería bueno restablecer la fe en las instituciones democráticas, tan insultadas en los últimos tiempos por políticos que, debiendo cuidarlas, no dudan en despreciarlas para sentarse en el lugar que las urnas no han dado. Eso nos mantendría en una sociedad más calmada y menos crispada. No estaría de más que los medios de comunicación recuperaran nuestra confianza. Creceríamos como seres adultos, capaces de distinguir la verdad de la mentira, los hechos de las opiniones y la información de la propaganda. Estaríamos más seguros si fuéramos capaces de reparar la convicción en la ciencia y en la investigación. Sería más rápido poner límites al devastador cambio climático y preservaríamos mejor nuestro mundo. Ojalá la ONU y la comunidad internacional nos dieran resultados en Gaza para creer que no todo está perdido.

Pero restablecer todas estas creencias exige de la clase dirigente inteligencia, compromiso, responsabilidad y sentido de país en su más amplia acepción. Requiere comprender bien qué significa libertad, respetar al contrincante y escuchar las necesidades reales de la sociedad. Si nos hacen perder todas las confianzas, los Mileis del mundo estarán un poco más cerca de gobernarnos. Nos conviene cultivar nuestras capacidades y apostar por el sentido común para que eso no suceda. Al menos, confiemos en nosotros.

QOSHE - La confianza - Sonia Torre
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La confianza

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02.01.2024

La lista de los propósitos para este 2024 seguro que es prácticamente igual a la del año que se fue y a los anteriores. Dejar de fumar, ir al gimnasio, hacer dieta, aprender inglés o cambiar de trabajo. Poco nuevo. Por eso la lista disminuye o desaparece cuando se suman los años. Nos damos cuenta que no merece la pena perder el tiempo en una tarea tan poco productiva. Sabemos que, aunque hayamos pagado la primera cuota, no haremos deporte.

En esto días también se elaboran las listas de los deseos, más personales y generalmente más emotivas. Con ellas nos sentimos menos culpables. Ya se sabe que para que se cumplan a veces se necesita ayuda mágica que no podemos controlar. Yo no hago listas. No quiero........

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