Quien a buen árbol se arrima
Viene un perro... y le orina. El saber popular nunca traiciona. No importa si por cultura de series televisivas o por empacho de puro telediario, todo el mundo sabe que las drogas y las armas nunca se deben mezclar, principio que igual sucede con el catarro y la diarrea que, viniéndose al tiempo, puede dar en desastre. Aunque al parecer no todas las preclaras mentes de sus señorías estén al tanto, tampoco debería entreverar al alimón política y empresa, porque antes que después acaba por dar un resultado más prosaico aún que la antedicha mixtura de tos y cagalera.
Esta es sin duda una desgracia más que le toca sufrir a la ciudadanía, no siempre avisada, no tanto de lo que se cuece sino de quién lo cocina. Haciendo un inciso cabe recordar aquí que en la negociación colectiva del año pasado, la entonces -y aún ahora- ministra de Trabajo, ninguneando a la mitad de los agentes sociales, léase a la CEOE y el resto de sindicatos, confabuló con UGT y CCOO -a la sazón los que cuentan con un número exiguo de afiliados comparado con la masa laboral del........
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