Comercio sí, BRICS no
En el mundo actual, un Occidente gravemente herido todavía por el tumor interior que fue la geopolítica trumpista de 2016 a 2020, consistente en dárselo todo a nuestros enemigos, hace frente a amenazas internas como el posible retorno de ese político procesado o el auge de los populismos en medio mundo, y a otras externas como la “nueva ruta de la seda” del tirano chino Xi o el incipiente bloque económico BRICS que impulsa Putin contra nosotros. El bloque BRICS en construcción, además de alinearse con la habitual estrategia de chantaje petrolero de la OPEP, es sobre todo un remedo del viejo Comecón. Ese bloque implosionó al hacerlo la Unión Soviética porque, como es sabido, el socialismo es económicamente imposible, inviable. En el Comecón se intercambiaba en especie, de Estado a Estado, y los precios, al no ser libres ni expresarse contra un patrón monetario que fuera ni remotamente objetivo, adolecían de una extrema distorsión que los dejaba inservibles. Desde una perspectiva económica liberal, los precios son las señales que la economía ofrece a los agentes que en ella operan, y en el Comecón no había tal cosa. Los precios dependían de la consideración extraeconómica que se impusiera en los diálogos entre los dirigentes soviéticos y sus socios........
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