El reciente tercer plenario del XX Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), que reunió a cerca de 370 de los máximos dirigentes del país, ha marcado el rumbo de China para la próxima década: reforma es la palabra clave. Este enfoque, que recuerda la era de Deng Xiaoping, apunta a un “desarrollo de alta calidad” y a la promoción de “nuevas fuerzas productivas” en los sectores tecnológicos. El régimen de Pekín no se desviará de la dirección tomada en 2012.

La China de Xi Jinping se dirige, pues, hacia una reforma integral y modernizadora bajo un modelo único que combina un control rígido del Partido Comunista, con esfuerzos para impulsar la innovación y mejorar la economía. Como es lógico, Europa y EE UU observan de cerca cómo se desarrollarán estas reformas y cómo afectarán a las relaciones globales.

La expansión de la demanda........

© La Región