El abrumador triunfo de Trump no es una anécdota, ni una casualidad, ni algo que atañe solo a los estados unidos. Su victoria es suya, por supuesto, y del modelo del conservadurismo respaldado en las políticas del sentido común: contener el gasto, cierre de chiringuitos, bajar impuestos, hacer cumplir la ley, amar a la patria, defender los valores que nos hacen menores, y respaldar sin fisuras la libertad individual. Pero es sobre todo el fracaso de la izquierda posmoderna, es el fin del wokismo, estúpido espejismo ideológico de muy corto recorrido, que solo se sostiene por la intensidad emocional de un instante, si el candidato logra agitar las emociones adecuadas a través de medios previamente controlados. Pero por suerte ya no todos los medios están bajo control. Y, además, la verdad y la libertad buscan siempre brechas........