Ganó Donald Trump!, gritó la hija menor del Viejo Milenario desde la cocina donde estaba tostando un emparedado de queso con jamón, lo que le permitiría saciar su apetito antes de subirse al taxi que la llevaría a la estación de tren de alta velocidad. El Viejo, sobresaltado por los gritos de su hija, se levantó de la cama, lentamente se puso la bata de invierno, se dirigió a la cocina y suavemente susurró: “¿Sabes qué hora es?” “Sí, papá, son las cinco de la mañana y dentro de una hora tengo que subirme al primero de los trenes que me llevarán a la estación de Kenitra en Marruecos. Allí podré observar los moucharabiehs urbanos que podrán adornar el despacho oval; si el candidato triunfador quiere recuperar el proyecto Abrahán, que tanto beneficia a su país”. El Viejo Milenario,........

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