Repaso mis notas sobre aproximaciones a 2025, “el año del Cambio” en tantos sentidos, y debo confesarle que me siento algo abrumado. Nos queda poco espacio para el optimismo y mucho para la reflexión: en 2024 han ocurrido tantas cosas impensables, en el plano nacional y en el internacional, que nada nos permite creer en que los doce meses que nos vienen vayan a ser ni siquiera medianamente apacibles. Comenzando por la toma de posesión de alguien como Donald Trump en la silla más poderosa del planeta. Y siguiendo, en el ámbito doméstico, por la planificación de esos “cien años de Franco”, perdón, de exaltación de la democracia, que se nos preparan aquí dentro.
Si lo analizamos con calma, puede que lo de Franco y lo de Trump no esté,........