El sanchismo es la nueva definición de la total carencia de escrúpulos en política. El fin sí justifica los medios para estos vividores de lo público. Y el fin no es otro que una avaricia desmesurada y atropellada por mantenerse en el poder y disfrutar de sus privilegios. Las líneas rojas de la ética, la moral, la responsabilidad, el servicio público, el respeto a una igualdad entre semejantes son únicamente palabras y una simple quimera para esta tropa. Nos mienten una y otra vez a la cara y ni se inmutan, en un ejercicio de desprecio de quienes se creen por encima de las leyes. Es, de hecho, un nuevo feudalismo con su señor feudal, “el caudillo Sánchez”, como máximo exponente del nepotismo. Y donde la nueva nobleza la componen los cargos públicos aglutinados en su formación........