Ni las altas reservas internacionales ni las altas tasas de interés atajan por ahora una alta volatilidad cambiaria originada por la voluntad de cambiar de tajo la estructura del Estado de derecho del país. De hecho, ya existen evaluaciones, como la que presenta Morgan Stanley a través de su jefa de estrategias de inversión, Ioana Zamfir: el mayor riesgo que México hoy representa amerita una mayor prima de pago en pesos (arriba de los 18.40 pesos por dólar) ante el deterioro que se anticipa.
Cuando la devaluación acosó el final del gobierno de José López Portillo, el presidente saliente y su poderoso aparato publicitario acusaron a los “especuladores”, a los “reaccionarios”, a un oscuro “Anti-México”; los caricaturistas de ese entonces los personificaban como señores obesos, panzones, con sombrero de copa y casaca de levita, aprovechándose de los dólares que generosamente el gobierno administraba desde Palacio Nacional.
Hoy es muy diferente. No son esos vampirescos plutócratas cebándose sobre las carnes de la nación. El mercado cambiario es el sistema nervioso de cuerpo económico de mercados abiertos al intercambio de bienes y servicios que se modificó profundamente desde ese entonces ante la consolidación del TLCAN y ahora T-MEC.
Vaya, pasamos de los controles de cambio al final de López Portillo y toda la administración de Miguel de la Madrid, luego a las “bandas de flotación” establecidas por........