La semana de los mensajes más amenazantes...
La imagen fue desgarradora, un anciano llorando desconsolado junto al féretro de su hijo, cubierto por una de las sotanas que usaba. Es Miguel Pérez Santiz, de 74 años, que despidió con ese dolor indescriptible al cuerpo de su hijo asesinado.
Marcelo Pérez Pérez el pasado 20 de octubre fue a oficiar misa en el barrio de Cuxtitali, en San Cristóbal, Chiapas, y apenas alcanzó a despedirse de algunos. Le dispararon a quemarropa hasta matarlo. Tenía 51 años.
Su activismo en favor de los pueblos indígenas y sus señalamientos frontales al crimen organizado lo tenían amenazado, como se hizo público en 2021, luego de involucrarse en una disputa entre los grupos armados Los Machetes y Los Herrera, en Pantelhó.
Las medidas cautelares —con las que contaba por parte de la CIDH desde 2015— evidentemente no sirvieron y por desgracia, no fue el único hecho que cimbró a Chiapas y a México entero.
Tres días después de ese asesinato, fue encontrada sin vida Liliana Guadalupe Marroquin Marroquín, de sólo 12 años. La niña salió caminando de su casa a vender dulces en la calle y su cuerpo fue hallado enterrado en el patio de una casa del........
© La Razón
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