La residencia de la embajada de España en México impone por todos los flancos. Desde su portón de la calle, uno difícilmente imaginaría todo lo que hay dentro de esa propiedad, empezando por la arquitectura de paisaje palaciego que conduce a la mansión que alberga la vida de una estancia diplomática que llegó a México dispuesta a hacer historia.
Una fotografía del rey Felipe VI recibe sobre una mesa barroca de la antesala, desde donde comienzan a asomarse las obras de arte contemporáneo, prestadas por la célebre Feria Maco, para decorar en convivencia con la plata y los jarrones del barroco español.
Es un retrato preciso de la España actual, que mezcla lo antiguo con lo moderno y la tradición con la revolución de la que hoy cuelga también un arcoíris que va del suelo al cielo, con todos sus claroscuros…
Yo creo que es importante exponerse, hacerse ver, porque en eso consiste un poco el activismo. Puedes ser diplomático y mantener todas las etiquetas y reglas de protocolo, y hay maneras de buscar vasos comunicantes y puntos de conexión
“El Embajador de España, Juan Duarte y su esposo Mick Daly se complacen en invitarle al desayuno de trabajo que ofrecerán en la residencia de la Embajada…” decía la primera invitación que recibí de ellos en 2023.
Retrocedí la lectura un renglón… ¿su esposo?… Sí, leí bien. Por primera vez en México la invitación de una representación diplomática se expresaba diversa y sin tapujos —y seguramente hasta hoy, muchos no han salido de su asombro—.
“Quise y he querido siempre que aparezca la palabra esposo porque es un derecho que hemos adquirido como colectivo, independientemente de que uno pueda estar o no a favor del matrimonio (igualitario), hay que ir marcando ejemplos.
“En este caso yo soy el embajador, soy el máximo representante de mi país en México y es un mensaje”, me explicó Juan Duarte cuando le pregunté sobre este nuevo modo y........