Jaime, Jalisco, México… ¿Qué fue?
“Las había escrito mucho, pero no me había tocado”, dijo el periodista Jaime Barrera —refriéndose a las desapariciones— luego de ser liberado por sus captores la madrugada del miércoles.
Luego de haber sido por dos noches una vela más que iluminó las oraciones y el desasosiego de una familia desesperada, como lo han vivido tantas con finales mucho más trágicos.
Las declaraciones escuetas, cautelosas y “secuestradas” del periodista luego de su liberación, fueron un espejo más del estado en el que México se encuentra, atemorizado, silenciado, arrodillado frente a la amenaza de muerte y la impunidad.
Está claro que si lo hubieran querido matar en realidad, lo hubieran matado desde el primer momento, como a otros tantos. Pero lo levantaron, con toda su popularidad, cimbraron al país entero y luego lo regresaron como paloma mensajera, con el sobre en el pico, pero ya cerrado con amarres.
“No me hicieron daño en realidad”, dijo Jaime en sus primeras entrevistas, como si ser levantado no fuera un daño en su máxima expresión. Pero es que claramente........
© La Razón
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