El grito de los que callaron

La aprobación del Decreto Supremo 5503 abrió un debate que va mucho más allá de la economía. Aunque la reacción ciudadana mayoritaria ha sido de cautela y comprensión -muchos saben que una medida de esta naturaleza era inevitable-, no han tardado en reaparecer los viejos reflejos corporativos de quienes, durante años, guardaron silencio cobarde o fueron directamente compinches del régimen depredador que condujo al país a esta crisis.

Como era previsible, algunos sectores se declararon abiertamente contrarios al reordenamiento económico. Entre ellos, la COB, que hasta hace poco se mostraba dócil frente al gobierno de Luis Arce, respaldándolo a fuerza de prebendas y concesiones que ilustran el deterioro institucional acumulado.

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También los transportistas han rechazado las medidas, pese a haber sido beneficiados con disposiciones concretas como la liberación de aranceles para la importación de llantas, repuestos, aceites y otros insumos esenciales. Desconocer estos alivios y trasladar todo el costo al usuario no es sincerar precios; es aprovechar el desconcierto y apostar a cosechar en el desorden.

Al río revuelto se suman sectores tradicionalmente radicales de la izquierda, como algunos grupos de mineros y del magisterio, fieles a una lógica de confrontación permanente “hasta las últimas consecuencias”. No es una........

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