México y Trump

Era casi la medianoche del 29 de noviembre de 2018, caminaba por la plataforma del Hangar Presidencial con Jorge Corona, secretario privado del entonces presidente Enrique Peña Nieto. Corona, discreto como es, me hizo una revelación. Peña terminaba el sexenio con dos grandes preocupaciones, la violencia del crimen organizado y Donald Trump.

Me comentaba que constató en primera fila la agresividad de Trump hacia México en Los Pinos y en la reunión del G-20 en Hamburgo. Y me confirmaba que su animadversión hacia México y los mexicanos se desprendían de dos muy malos negocios que hizo en nuestro país: el concurso Miss Universo 2007 y un desarrollo inmobiliario en Baja California.

En la relación con Trump tanto Peña Nieto como el presidente Andrés Manuel López Obrador (ambas enmarcadas en los impactos -internos para EU y regionales para México- de la disputa electoral estadounidense) tuvieron el mismo punto de partida: la razón y la negociación, con matices diferentes, pero Trump es Trump.

EPN quería encantarlo con su buen trato, por eso lo invitó a Los Pinos –pese a las advertencias de sus cercanos como Ildefonso Guajardo de no hacerlo, a contracorriente de lo que dictaba Luis Videgaray— y le dio incluso un trato de jefe de Estado, error. AMLO coincidió con Trump en el antiestablishment que cada cual lideraba.

Ambos fueron prudentes, respetuosos con Trump y negociaron desde la........

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