¡Cuánto contraste entre la recta final del actual sexenio —con el futuro institucional del país pendiendo de un alfiler— y la del anterior —cuando, ni bien pasó la elección, el entonces titular del Ejecutivo desapareció de la faz de la tierra, en una transición informalmente anticipada!
Y si queda alguna duda sobre la vehemencia con la que se vive este intensísimo mes patrio, nada como lo acontecido el domingo pasado: mientras que miles de estudiantes de instituciones públicas y privadas marchaban en contra de la reforma judicial, y en exigencia de canales de diálogo con las cúpulas oficialistas que la impulsan; en el Zócalo, ante miles de fieles, el Presidente presumía —una vez más— nuestro “anordicado” sistema de salud, como parte de sus personalísimos festejos........