Marta Valdés, eterna
Resonancias, intimidades de la transparencia, luces de estrellas temblorosas, asombros del alba, ondulaciones de una flor cobijada en las orillas del aura, equilibrio y claror de la tristeza gozosa: la música (boleros, sones, criollas, habaneras y música para teatro) de Marta Valdés, quien murió en La Habana el pasado jueves 3 de octubre, discurre siempre y ahora, resbala por el agua arropada por los enigmas del silencio. Canciones anudadas al tiempo de la vida, en el resplandor del suceder día tras día.
Compositora de la segunda generación del filin: puente entre los precursores (Cesar Portillo de la Luz, José Antonio Méndez, Ñico Rojas...) de esa modalidad del bolero cubano con intérpretes como Pablo Milanés, quien la consideró un referente definitivo. Tonadas como “Palabras”, “No es preciso”, “José Jacinto”,........
© La Razón
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